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lunes, 27 de mayo de 2013

Capítulo cuatro: De cómo nos ha quedado grande encontrarle la comba al palo.


Historia de la cuenta en Twitter @PanpaYaAmigos
Capítulo 4: 
De cómo nos ha quedado grande encontrarle la comba al palo.

Se le informa a nuestra distinguida clientela (entiéndase, todas esas personas inteligentes y de buen gusto que siguen este blog) que por motivos de fuerza mayor, la sorpresa “tan berraca” que anunciamos al final de nuestro capítulo anterior, no se ha podido consumar…
Y para no caer nuevamente en el suspenso, les contaremos de qué se trata para que ustedes opinen y nos iluminen, porque nosotros ya no sabemos qué más hacer, ni qué camino coger, ni a qué santo encomendarnos… Ni siquiera la hermana Laura, compatriota y paisana, nos ha querido hacer el milagrito.
La sorpresa consistía en lograr que @PanpayaCol escribiera esta cuarta entrada. Pensamos que todas las historias tienen dos puntos de vista como mínimo, y nos pareció de “caballeros” darle esa oportunidad a la marca para que pudiera “defenderse”, o hacer autocrítica, o replicar cosas… En este oficio de hablar carreta a uno se le pueden ir las luces, y pudo ser fácil que dijéramos algo que faltara a la verdad. Como dice una de las diseñadoras en la oficina: “Una nunca sabe, una se equivoca”.
Es importante señalar, que después de la publicación del tercer capítulo, las cosas con @Panpayacol pasaron a otro nivel. La relación cambió de manera sustancial. Nos desbloquearon de Twitter y pudimos felizmente volverlos a seguir. Nos retuitearon algunas cosas, y aunque ellos no nos siguen, sabemos (porque andamos en la jugada) que nos stalkean más que exnovio loco. 
Tanto cambiaron las cosas, que la gerente de mercadeo (La llamaremos Ruth Marks, para proteger su identidad) nos contestó un correo después de dos largos meses de silencio.

En él nos decía que NO estaba interesada en trabajar ni en hacer ninguna negociación con nosotros y otras cosas más, que hay que reconocer, fueron en un tono muy amable.

John Parker Castro, todo educado y fiel a su estilo, le respondió que no, que tranquila, que nosotros ya no queríamos vender la arroba, y que nunca habíamos querido trabajar para ellos, que al principio nuestra intención sí había sido económica  pero que nuestros intereses ahora, habían cambiado un resto.  
Le dijo que con base en la acogida que había obtenido este blog, (a todas las voces de nuestros lectores diciendo “no pares, sigue sigue… no pares, sigue sigue… ”) nos íbamos a dedicar a hablar sobre redes sociales y sobre los temas que mencionamos al final del capítulo anterior. Que también queríamos alquilar una casita en la Calera, comprar unas vaquitas y dedicarnos a la vida tranquila.
Le dijo que queríamos cerrar la historia ya, y que teniendo en cuenta que nuestro interés no era afectar negativamente la marca, pues que la invitábamos a escribir el capítulo cuatro.
Frente a esa propuesta tan “cuchi-cuchi” Ruth Marks nos respondió un nuevo correo muy amable también, en el que se pueden destacar las siguientes ideas: 

1. Que habían leído el blog y que les parecía interesante. (Y nosotros felices).
2. Que estaban de acuerdo con cerrar la historia de la mejor manera. (Y nosotros más felices).
3. Que no consideraban oportuno escribir la cuarta entrada del blog, porque “equivocarse con estilo” era nuestro, y además tenía un toque personal y un estilo propio. (Y nosotros ya no tan felices).
4. Que nosotros lo estábamos haciendo bien. (Y nosotros creídos).
5. Que estaban de acuerdo en que siguiéramos llevando la cuenta porque las dos arrobas podían coexistir, y un montón de cosas muy conciliadoras… Entre ellas, datos históricos y anecdóticos de la marca. (Y nosotros fríos, desconcertados, perdidos. ¿Cómo así?).
A Eutimio (que es bien mal pensado), ese correo lo hizo sospechar  que el objetivo de Ruht Marks era ponernos a trabajar gratis para PanpaYa. Hay que aclarar que Eutimio es un tipo mala gente que tuvo una niñez muy difícil, él vive lleno de rencor y odio hacia la humanidad. John Parker Castro, en cambio, es todo amoroso y en ningún lado ve malas intenciones. Es la ternurita de la oficina y es quién está en contacto directo con Ruth Marks.
Sin embargo algo sí quedó claro, por lo menos para el resto del equipo en la oficina. @PanpayaCol lo que quiere es que cerremos la historia con una entrada en la que hablemos bien de la marca. Y eso, primero, no es necesario porque la gente ya sabe lo que esa marca significa (Lo aclaramos en el capítulo tres). Y segundo, porque el punto es cerrar el cuento hablando específicamente de redes sociales. 
Este blog no se abrió para hacerle publicidad a la Panadería, se abrió para compartir una historia y su broche de oro, más allá de señalar un error, está en conceptualizar claramente cuál fue la experiencia y qué se aprendió. Sumercé patrón, ¿qué opina?.
Lo que buscábamos era que se escribiera un artículo por parte de ellos, en el que se contara cómo se percibió dentro de la compañía este error de descuidar la arroba de tal manera. Las sensaciones, la experiencia en general y cómo ésto fue o será utilizado por ellos, para mejorar la forma en la que (en adelante) manejarán sus redes sociales… Que nos enseñen, que nos boten un consejo, un datico, que nos hagan esa caridad.
¿No les parece a ustedes (distinguida clientela) que ese sería el cierre perfecto para esta historia?.
Ojalá se animaran y lo hicieran.

Nota Personalizada: 
Dale Ruth Marks, ¡Tú puedes!... anímate a hacer el experimento, con seguridad eso le dará eco a la marca. Tienes nuestra palabra que publicaremos tu artículo sin modificarle ni siquiera una coma.
Se trata de que cuentes la historia desde tu perspectiva (de por Dios). Si quieres decir que somos unos “oportunistas”, o unos “difamadores”, “o unos muertos de hambre buscando dinero”, o “unos barrigones escalzurriados”, dale. Es más, si quieres opinar sobre el peinado de Eutimio y decir que con ese pelo parece un mango chupado, dale… Será tu punto de vista, y entendiendo tu nivel profesional y ético, sabremos que lo que digas deberá ser (y será) respetado por nosotros. ¡De por Dios!. ¡Por fis!. ¡Dale!. ¡Di que sí!... No quedemos mal con nuestra distinguida clientela.
Ten en cuenta que en este momento tu experiencia (con este caso en particular) es muy valiosa. ¡Dale que tú eres chévere!.
…Fin de la nota personalizada.

Hasta aquí todos sabrán que ganas no nos faltaron, que hicimos todo lo posible por encontrarle la comba al palo…
Después de esto no insistiremos más. Si Ruth Marks decide que lo mejor es volver a ignorar la oportunidad de darle su sitio a las cosas, cerraremos la historia desde nuestra óptica pero tratando de darle cabida a todas las opiniones, que los seguidores de este blog, han sabido plantear tan oportuna e ingeniosamente.
Por ejemplo…
Hace unos días y a propósito de esta historia, @AngelicaDuranB (seguidora de este blog) escribió en su TL:
“@PanpayaAmigos si fuera yo botaba al CM y al de mercadeo por desaprovechar lo que ustedes lograron. A ellos el cartón les salió en un tamal
Nosotros, tratando de ser conciliadores, obviando a Eutimio y siguiendo el consejo de John Parker Castro le respondimos:
“@AngelicaDuranB Angélica, todos estamos en el proceso, se trata de que cada vez nos pasen menos estas cosas. Todos estamos aprendiendo”.
Ayayay… y esta mujer nos ha sabido pegar un vaciadón:
“@PanpayaAmigos no sumercé sin ternuritas. Si a @PanpayaCol no le interesa, a mí sí me parece falta de visión”.
Frente a eso, le respondimos que nos fuéramos pal DM y que allá nos despelucábamos. Este tipo de cosas las hacemos porque no nos gusta chatear por el TL.  ¡Aprendan sinvergüenzas!. 
El cuento es que allá “nos agarramos”. Ella, que había que cortar cabezas y nosotros que no, y ella que sí, y nosotros que no, y ella que sí, y así un rato hasta que le dijimos, “Pues escribe un artículo y lo publicamos”. Entonces dijo que sí y nos lo envió.  Se titula: “El PanPayazo”.  Ojo que hace alusión a “papayazo” no a que nosotros seamos unos payasos con ganas de pan ni nada de eso. ¡Pilas!  Ese artículo lo publicaremos después de esta entrada.
El asunto es que, insistimos, esto no se debería dejar en una sola historia seudo chistosa, sino que debería dejarnos una experiencia real. Como para tener qué contar cuando se hable de redes sociales en Colombia y dejemos el cuentico de sentirnos expertos por conocer historias de éxito en otros países. Porque ese es el Community promedio en este país, el que dice que sabe, porque conoce 20mil casos de éxito ocurridos en el extranjero, pero que acá sigue escribiendo: “mándanos tus datos por DM para ayudarte a solucionar tu inquietud”… ¡Qué pendejada!.
Dejemos la mediocridad y metamos nuestro pellejo. ¿La cagamos?, pues corrijamos y ya. Empecemos a construir historia acá.
¡Uy me exalté!, ¡Pido perdón!...  Eso me pasa cuando hablo mucho con Eutimio.
Para finalizar esta entrada, nosotros, convencidísimos de lo importante que es aprender, nos hemos formulado estas preguntas:
1.¿Por qué no ser más arriesgados con nuestras redes sociales?. No se trata de ser gamines ni vulgares, es solamente eso, un poquito más arriesgados.
2. ¿Por qué @PanpayaCol no se da cuenta de la oportunidad de lujo que tiene para demostrar, que los afiches de Timoteo dicen la verdad cuando afirman que: “Lo importante no es caerse sino saberse levantar”?.
3. ¿Por qué seguimos esperando que desde afuera, con conferencias súper costosas, nos digan cómo manejar las redes sociales aquí?. ¿Acaso Twitter, FaceBook, YouTube etc, no son herramientas que funcionan igual en todo el mundo?. Como bien dijeron por ahí, “Se trata de sentido común y de conocimiento del contexto”.
4. Definitivamente ¿El community nace o se hace?, y si se hace ¿Qué se hace? ¿El pendejo?.
5. ¿Por qué John Parker Castro y Eutimio me ponen a trabajar un domingo escribiendo estas vainas?.
6. ¿Por qué John Parker Castro se me hace el loco cuando le digo que me aumente un poquito el sueldo?.
7. ¿Qué pensará de todo esto Ángela Bennett?.
8. ¿En este punto de la historia, @PanpayaCol, nos daría una recomendación laboral?. ¿Seríamos muy conchudos si la pedimos?...

Esperemos a ver qué ocurre, por lo pronto, trataremos de darle respuesta a estas vainas en la próxima entrada. Si sumercé se quiere animar a responder alguna de estas preguntas, ya sabe… escríbanos a JohnParkerCastro@gmail.com vea que nosotros no ignoramos a nadie.
Una cosa hay que concretar también, este temita de la arroba abandonada y encontrada por estas bellezas hay que cerrarlo ya. Una entrada más y tan-tán. Por mi parte, estoy con ganas de contarles otros cuentos que seguramente sus-mercedes encontrarán muy divertidos.
Y ya para finalizar (de verdad verdad, no friego más), si se encuentran por ahí a John Parker Castro, díganle que me mejore la “migajita” de sueldo, que yo me lo merezco. ¡Háganme esa caridad!.

El capítulo quinto: "De cómo se perdió el Panpayazo"

2 comentarios:

  1. Muy buena la historia, muy buena la narrativa de Emilio Noguera. Lástima que no hay final feliz y con lo caro que es el pan en panpaya, nu fueron capaces de pagar aunque fuera con mojicones. Tacaño, no volveré a comer pan en ese chuzo, me voy para Pan Fino, que a propósito tampoco tiene @.

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